Estudios actuales demuestran que las mujeres trabajadoras son más pobres en tiempo y esto afecta su salud física y mental, diferentes agencias de salud pública han analizado las diferencias en género en la pobreza y la calidad del tiempo, así como estos factores afectan su salud física y mental.
Por consiguiente, estos estudios hacen referencia a la escasez de horas que disponen las mujeres para actividades personales, de ocio y entretenimiento, esto se debe a la cantidad de horas que deben dedicar al trabajo remunerado y al no remunerado.
Efectos en la salud de las mujeres trabajadoras
Los resultados de estos estudios afirman que las personas que son pobres de tiempo, son aquellas que dedican más de 67 horas semanales al trabajo remunerado y al no remunerado, estos también incluyen los trabajos domésticos y de cuidado personal.
Los análisis revelan que las mujeres son las que más padecen este hecho y que esta situación está relacionada con la peor salud física y mental de las mujeres en la actualidad que trabajan desproporcionadamente en casa y fuera de ella.
En el caso de los hombres, ellos dedican más horas al trabajo remunerado, en el caso de las mujeres el tiempo de trabajo doméstico, el tiempo de desplazamiento, el autocuidado, el cuidado de la casa y el tiempo de trabajo en total hace que sus jornadas de tareas y responsabilidades sean más largas.
Por otra parte, el artículo apunta como la pobreza del tiempo puede aumentar significativamente en ambos géneros con el número de hijos o hijas, pues según los expertos el trabajo remunerado en los hombres debe aumentar según el número de hijos, pero el de y trabajo remunerado y el trabajo doméstico y de cuidado del hogar aumenta significativamente en ellas.
Incremento del trabajo doméstico y de cuidado en las mujeres
En cuanto al impacto en la salud física y mental, la pobreza del tiempo afecta más a las mujeres que a los hombres, pues en el caso de ellos los resultados no se asociaron con ninguno de los indicadores que se analizaron.
Sin embargo, en el caso de ellas los resultados arrojados indican que las mujeres pobres de tiempo tienen la peor salud mental y física, además de poco tiempo para sí misma, mala calidad de sueño y poca actividad física en el tiempo libre.
Por consiguiente, el estudio sugiere que el uso del tiempo puede ser un factor social determinante en la salud de las mujeres, por la cantidad desproporcionada en el trabajo doméstico y el cuidado entre ellas, así como por el incremento de actividades multitarea.
Es importante destacar que en muchos lugares del mundo la pobreza del tiempo puede reducirse con políticas que reconozcan estos daños, además de reducir y redistribuir el trabajo de cuidados no remunerados, con el fin de optimizar la salud física y mental de las mujeres.
Finalmente, el uso del tiempo es un factor determinante e importante a nivel social, pues no solo se lucha por la salud de las mujeres, sino también por las desigualdades asociadas al género.